Para poder configurar cada puesto de trabajo de la manera más segura posible se necesita efectuar, ante todo, una llamada evaluación de riesgos. El empresario está obligado por ley a establecerla y usarla como base para poder aplicar las medidas más adecuadas para la protección de los trabajadores. Esto es válido para todos los sectores donde los empleados se ven expuestos a influencias físicas, biológicas y químicas al ejercer sus actividades.
No importa si trabajan en la producción o, como consecuencia del uso de medios de trabajo peligrosos o debido a unas unidades de trabajo muy largas, corren un peligro de accidentes especialmente elevado.
Pero la evaluación de riesgos juega un papel central, sobre todo, para los trabajadores que necesitan efectuar tareas de limpieza, conservación y mantenimiento en
y lugares de trabajo que presenten riesgos similares. Porque, en la mayoría de los casos, una caída conlleva consecuencias graves o, a menudo, mortales para la persona afectada. Por este motivo, el reglamento legal es particularmente estricto en estos ámbitos y la aplicación correcta se controla con la correspondiente meticulosidad.
Por lo tanto, es imprescindible que los empresarios que ocupen trabajadores en posibles zonas de peligro realicen una evaluación de riesgos completa y profundizada. El resultado se utilizará entonces como base para la elaboración de un concepto de seguridad profesional con todas las medidas de protección necesarias.
Riesgos y peligros: la definición
A diferencia de los peligros reales, los riesgos corresponden a accidentes o caídas potenciales que pueden surgir debido a la ausencia de medidas de protección profesionales. En la evaluación de riesgos se determina la posibilidad de que, en el caso concreto, el riesgo se convierta en un peligro. Por lo tanto, el objetivo de la evaluación de riesgos es, dentro de lo posible, excluir o reducir al mínimo de antemano todos los riesgos, con el fin de proteger a los trabajadores.
Proceso aproximado: elaboración de una evaluación de riesgos
En un primer paso se analizan detalladamente las respectivas áreas de trabajo. Las fuentes de peligro potenciales resultan, entre otros, de:
- Posibilidades de tropiezo en la construcción: En fachadas y cubiertas y en el ámbito industrial, las posibilidades de tropiezo en la construcción representan un riesgo. A menudo basta con un pequeño descuido de los trabajadores para que se produzca un accidente.
- El borde de despeñamiento.
- Debido al peligro de una caída a través de ellas, también las claraboyas.
- Ascensos y descensos.
- Accesos y transiciones.
- También se deben tener en cuenta las condiciones meteorológicas a la hora de elaborar la evaluación de riesgos.
Solo después se pueden determinar de forma detallada los riesgos concretos.
Definición de las medidas de protección y comprobación en la práctica
Por su parte, los riesgos concretos representan la base para la elección de las medidas de protección necesarias y más adecuadas en cada caso. Por ejemplo, para fachadas, cubiertas, el ámbito industrial, etc., se pueden emplear, entre otros, sistemas anticaída en combinación con un EPI contra caídas (protección individual) o una protección colectiva para evitar que se ocasionen daños al personal de mantenimiento y de limpieza. Obviamente, los trabajadores afectados también deben ser conscientes del peligro y recibir una formación al respecto para que puedan aplicar correctamente todas las soluciones de seguridad.
Como es natural, una vez que se hayan aplicado todas las medidas de protección según el concepto de seguridad, estas aún se tienen que comprobar exhaustivamente en la práctica. Porque un sistema anticaída que no resiste las fuerzas de una caída en caso de un accidente no representa una protección adecuada. En este caso se habla de la seguridad aparente.
Formación de los trabajadores
Todos los empleados que trabajen en zonas de peligro no solo deben estar cualificados y haber recibido una formación profesional; además, deberán convertirse, por decirlo de alguna manera, en su propio experto de seguridad para su respectivo puesto de trabajo. Esto significa, por su parte, que necesitan también una formación sobre la aplicación de la solución de seguridad para que sepan montarla y manejarla correctamente.
Por ejemplo, para los limpiadores de fachadas es esencial saber cómo deben colocarse correctamente el EPI contra caídas y cómo deben establecer el anclaje de la forma más segura posible antes de que puedan realizar su trabajo.
Naturalmente, lo mismo se aplica para otros ámbitos de aplicación en los cuales se encuentra personal de mantenimiento y limpieza en áreas con riesgo de caídas (p. ej., en sistemas fotovoltaicos en cubiertas).
Al elaborar la evaluación de riesgos se recomienda recurrir también a eventuales expertos en seguridad laboral, así como, a veces, también a los médicos de empresa.
En Austria, el organismo Allgemeine Unfallversicherungsanstalt (AUVA) ofrece ayuda y consejos para la evaluación de riesgos. Aquí podrá encontrar información más detallada sobre el tema de la evaluación de riesgos desde el punto de vista de la AUVA
El organismo competente en Alemania, la Deutsche Gesetzliche Unfallversicherung (DGUV), ofrece, entre otros, una guía llamada «Erstellung von Handlungshilfen zur Gefährdungsbeurteilung» (elaboración de orientaciones sobre la evaluación de riesgos). Aquí podrá encontrar más información sobre este tema.
Podrá encontrar información útil sobre el tema de la determinación de riesgos en Suiza en la página web del organismo suizo de prevención de accidentes (SUVA).
También puede consultar a nuestros expertos si tiene alguna pregunta relacionada con la elaboración de su evaluación de riesgos, así como acerca de soluciones de seguridad concretas.