Porque el aumento de la efectividad y la eficiencia del proceso de producción permite aplazar esta inversión hasta un futuro bastante lejano. Cómo es posible esta optimización lo demuestra un mapa del flujo de valor elaborado por el Instituto Fraunhofer. El planteamiento inicial de este análisis fue cómo podremos optimizar, en el futuro, el proceso de producción para poder producir las cantidades necesarias sin tener que construir un nuevo edificio. El aumento de las cantidades de producción surgió, entre otros, al conseguir nuevos segmentos de mercado.
Hizo falta un plan
Pero, ¿cómo se desarrolla en la práctica este mapa del flujo de valor? En primer lugar, se necesitan una gran cantidad de datos y una confrontación del estado real con el nominal. Para este fin, se realizó 3 veces durante 2 días una verificación en el lugar, sin contar el análisis de datos que fue ejecutado con el apoyo del Instituto Fraunhofer.
Los pasos de análisis necesarios al efecto:
- Selección de un grupo de productos de referencia
- Inspección del flujo de valor, es decir, de todo el proceso desde el pedido hasta la entrada de mercancías
- Determinación de pérdidas de valor (¿dónde existen ineficiencias?)
A partir de la determinación del estado nominal se derivó entonces un plan de medidas que durará, al menos, hasta finales de este año. Allí se especifica cuándo y dónde puede mejorar una empresa, y de qué manera. Solo una vez que se haya terminado el plan de medidas se puede hablar de una «lean production». Con la ayuda de una cadena de creación de valor mejorada es posible evitar, en el futuro, actividades superfluas. De esta manera se puede alcanzar una producción económica y, sobre todo, eficiente.
Retos que han ido creciendo con el tiempo
Se ha creado un nuevo cargo de encargado de intralogística, y la definición y creación de las interfaces necesarias entre las áreas técnicas ha permitido optimizar claramente los procesos internos y ahorrar tiempo. Además, se ha dado otro paso con relación a la fabricación sin soporte de papel. Las órdenes de trabajo ya no se imprimen, sino que se asignan directamente vía ABAS al área técnica competente.
Asimismo, el enfoque en nuestro negocio principal nos ha permitido optimizar los tamaños de lotes y crear e incluso aplicar unos planes de preparación. Estos solo son algunos de los puntos del proceso de creación de valor que mejoraremos en el futuro gracias al mapa del flujo de valor. Con los nuevos conocimientos que hemos obtenido con el mapa del flujo de valor podemos prescindir actualmente de un nuevo edificio. En el futuro nos concentraremos en nuestros puntos fuertes.
De esta manera no solo podremos aumentar la eficiencia; además, nos permitirá reaccionar de manera ágil a los deseos de los clientes. El nuevo proceso también repercute positivamente en el volumen de almacenamiento, ya que la producción de cantidades menores significa, a la vez, una reducción de las existencias.
